La fiesta de los jueces

LA JUSTICIA ES UNA DE LAS PREOCUPACIONES PRINCIPALES DE CUALQUIER SOCIEDAD. LO ERA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX, CUANDO VON KLEIST ESCRIBIÓ «EL CÁNTARO ROJO» Y LO ES HOY EN DÍA. DE AHÍ LA VIGENCIA DE ESTE TEXTO QUE DIRIGE Y VERSIONA ERNESTO CABALLERO, PROTAGONIZADO POR SANTIAGO RAMOS, SILVIA ESPIGADO Y PACO TORRES, ENTRE OTROS, EN LOS TEATROS DEL CANAL DEL 1 AL 26 DE SEPTIEMBRE. Por Vanessa Ramiro. 

 

El juez Adán recibe en su juzgado un caso singular: ha de descubrir al responsable de haber destrozado un cántaro en el dormitorio de la joven Eva. El principal sospechoso es su prometido, Ruperto, pero pronto sale a la luz que el responsable es el Magistrado, quien usará las más grotescas argucias para demostrar su inocencia. 
En 1806 el alemán Heinrich Von Kleist publicaba un texto en el que disparaba contra la moral burguesa de su tiempo: la corrupción de la justicia, la prevaricación y el abuso del poder público. Ahora Ernesto Caballero propone una versión libre de esta satírica obra en la que dirige un reparto compuesto por Santiago Ramos, Juan Carlos Talavera, Silvia Espigado, Jorge Martín, Karina Garantivá, Jorge Mayor, Rosa Savoini y Paco Torres.
OCHO SOLEMNES JUECES
Ahora imaginemos que los magistrados del Consejo General del Poder Judicial, como colofón de un solemne acto institucional deciden representar este clásico de Von Kleist. ¿Serán capaces de aunar sensibilidades en pro de la función? ¿Soportarán ser juzgados por un jurado popular sentado en las butacas del teatro?
Éste es el juego que propone Caballero. Con él pretende divertir al espectador, pero también “evidenciar una preocupa-ción por la situación del Tercer Poder. Me gustaría que ese pilar del Estado tuviera unos mimbres más sólidos que los que está en estos momentos evidenciando”.  
En la escena, entre los rústicos muebles, restos de documentos y expedientes que han sido triturados. Un espacio abierto donde cada magistrado espera su turno mientras se toma una copita de cava, donde dejan colgadas sus togas… Y en medio de ese teatrillo, un gran espejo donde, algo insólito, los jueces se están reflejando y donde no hacen otra cosa más que juzgarse a sí mismos. Y es que como dice la letra de una de las canciones: “también los jueces somos humanos”.
Dos obras que dialogan entre sí y se convierten en una fiesta irreverente con música, canciones y alusiones a la actualidad que despiertan la risa y la sorpresa. Y, por qué no, un poquito de reflexión…

Del 1 al 26 de septiembre

Teatros del Canal

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